lunes, 21 de marzo de 2011

Capítulo 6: Sospechando de mis amigas

Abrí mi taquilla... iba directa a clase de Historia, corriendo, ya que temía llegar tarde... Un papelito se cayó.
''Si puedes, ven a la biblioteca esta tarde, después de clase. Si no puedes, me llamas: 6480923729267. Espero que vengas... he encontrado una cosa estupenda. Jason''
Sonreí. Esta tarde. Estaba libre. Me esperaría en la biblioteca. Iría después de clase. Estaría bien. Quizás estuviera allí antes que él. Quizás me estuviera volviendo paranoica. Quizás me estaría desmayando. Quizás...
¡Pum! Al suelo.
-¡¡Ayy!! Pero qué...
Poco más que dormía allí. Me levanté y recogí todos los libros que llevaba en la mano. Cerré la taquilla y le cambié la combinación. Miré a mi alrededor... nadie. Sólo yo sabía la combinación, pero Mirka podía intentar abrirla. Y como Mirka tiene la tira de espías espiando a quien ella les diga, se entera de todo, incluso de que una ardilla se haya llevado una bellota de la encina del jardín...
Por eso hay que extremar la seguridad, tanto, que Layla no tenía candado de combinación en su taquilla, sino un lector de huellas digitales. No, eso último es broma (por supuesto, si no, estaría paranoica), pero sí es verdad que tiene un candado, no de una combinación de 5 cifras, sino de 10.
Entré en clase de Historia. Todos estaban a lo suyo, pero algunas cotilleaban. Posiblemente me asustara un poco, pero no tanto.
En Historia, estuvimos hablando del Clasicismo, que se estableció desde 1750 hasta 1800 me parece, y que la música experimentó muchos cambios, y bla, bla, bla... no me gusta Historia, pero se me da bien.
Al salir de clase, Layla y Margaret estaban hablando. Recordé lo que le dije a Marian. No se lo había contado a nadie. Y aparte, ninguna de mis amigas ni amigos tenía novio, (ni novia, o eso me dijeron) así que no había problema de pelearse por los novios. Hablaban algo antes de que yo llegara, de lo cual no me enteré:
-¿Y sabes qué me respondió?
-¿Qué?
-¡Que no era asunto mío! ¿Cómo no va a serlo si es mi novio?
-No le encuentro sentido, Margaret...
-Por eso te lo cuento, Layla, yo tampoco se lo encuentro...
-¡Hola chicas!
-¡Hola Sammy!
-Por eso te digo que... la playa, la odio por completo... eh... es que... no la soporto... ah... ¡Hola Sammy!
Parecía disimular de algo, y ambas estaban incómodas.

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sammy

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