lunes, 28 de febrero de 2011

Capítulo 1: Mis amigos y mi instituto

Mi nombre es Samantha. Sam, o Sammy para abreviar. Pero prefiero Sammy; Sam es más de chico, aunque todo el mundo me llama así... ¬¬
Tengo 13 años y 5 amigos. En realidad son 4 y una condicional... Veréis: Mis 4 verdaderos amigos son: Margaret, Layla, Ben y John. La condicional es Irma, porque no sé si le caigo bien o no. Al principio fatal, pero luego mejoró la relación. Aunque aún no la entiendo, dentro del Instituto me odia; y fuera me trata como una amiga más. Yo hice eso una vez con John. Bueno, es una larga historia, pero los dos lo decidimos por circunstancias que surgían. Esto no. Irma lo hace pero yo no entiendo nada, y cuando le pregunto me esquiva. Ya la doy por perdida.
Para terminar, lo diré todo con un par de adjetivos:
Yo; empollona confusa. Margaret; optimista y mejor amiga de Irma. Layla; mi mejor amiga aunque un poco mandona... (no le digáis que la he llamado así). Ben; sensible aunque respetuoso y muy bueno. John; bueno, es muy simpático aunque a veces se vuelve algo irritable... [lo siento John, pero es así]
Llevo con ellos desde los 6 años... algunos menos que otros y con algunos altibajos pero bien. Y aún parece mentira que estuviéramos todos por obra del destino justo en la misma clase, tan unidos y tan cerca, en el mismo Instituto Sparkles. Pero, me alegré mucho al enterarme.
Por cosas de la vida, coincidíamos todos en todas las clases excepto Latín, Historia, y Lengua. ¡Pero algo es algo!
Era la última noche de libertad después de las vacaciones de Navidad y estaba nerviosa. Era normal, teniendo en cuenta que me pongo nerviosa con lo mínimo se entendía mi situación. Por eso, me quedé despierta hasta medianoche y cuarto (una pasada para un día lectivo) que fue cuando mi padre interrumpió mi amena escritura y me preguntó:
-¿Tienes preparado el despertador? Duérmete, ya es muy tarde.
¡El despertador! Lo preparé. Sabía que me faltaba algo. Menos mal que me lo recordó...
-Mañana debes levantarte rápido, a ver si vas a llegar tarde a clase-me dijo.
Me parece que no lo entiende.¡Es él quien se duerme! Lo sé, suena a echar balones fuera... pero puedo asegurar que es él... ¡¡lo juro!! Aunque yo también soy una marmota, lo reconozco...
Tenía ya sueño (normal, a medianoche es obvio) y tenía la sensación de que me faltaba algo. Cosa normal, me pasa siempre, a veces sin motivo y otras con más que suficiente.

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